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Futuro de las pensiones en RD

Futuro de las pensiones en RD
Publicado 27/Mayo/2025
Un sistema de pensiones bien estructurado es un eje fundamental que garantiza el bienestar de la población en su etapa de retiro laboral, porque promueve la estabilidad social y el crecimiento económico del país, siempre y cuando estén anclados en los pilares de la inclusión y la sostenibilidad.
Así lo estipulan sus cimientos desde hace más de 130 años en la Alemania del canciller Otto von Bismarck, quien inició el cambio de mejores condiciones para el adulto mayor al momento de su retiro. Este acontecimiento marcó la brújula hacia todos los países del mundo para a crear las políticas públicas e institucionales para su establecimiento, y la República Dominicana no fue la excepción.
Desde esa fecha hasta hoy, se han creado las leyes e instituciones necesarias para que los dominicanos tengan las mejores condiciones financieras al momento de su retiro, pero los desafíos y las limitantes aún persisten, ya que las sociedades están en constante evolución, y es precisamente esto, lo que en la Superintendencia de Pensiones me motiva a enfrascarme en que los dominicanos tengan un sistema de pensiones basado en los principios de la sostenibilidad financiera, cobertura universal, equidad intergeneracional y eficiencia administrativa.
Al referirme a sostenibilidad financiera, es considerando que los planes de retiro deben garantizar su viabilidad a largo plazo sin comprometer la estabilidad económica del país, y para esto es necesario contar con cuatro pilares fundamentales como son, en primer orden, un esquema de contribuciones obligatorias y voluntarias con buenos rendimientos, y aportes tanto del empleador, como del trabajador. Segundo, una gestión eficiente de los fondos impulsando una política de diversificación de las inversiones con una cercana supervisión de riesgos. Tercero, se deben diseñar políticas que fomenten el envejecimiento activo y la permanencia voluntaria en el mercado; prolongando así los periodos de contribución y la productividad laboral. Y, por último, que exista una cobertura universal en la que los sistemas de pensiones puedan incluir a toda persona que haya trabajado y aportado, sin importar la fuente de ingreso, para que puedan tener acceso a una pensión cuando ya no puedan o no quieran trabajar. 
Con una panorámica más globalizada de los sistemas de pensiones en la región, estoy consciente que debemos trabajar hacia un sistema de seguridad social que cierre brechas a futuro en la revolución tecnológica, los cambios demográficos y climáticos, y la baja informalidad laboral que afecta el mercado dominicano.
De acuerdo con los sistemas de pensiones más destacados a nivel mundial, como lo es el de los Países Bajos, Islandia y Dinamarca, es necesario que se viabilice un esquema flexible que permita la afiliación de los trabajadores independientes de distintos sectores y una pensión mínima garantizada para aquellos trabajadores que en su vida laboral tuvieron un ingreso bajo o variable. Como es destacado en estos sistemas, se preserva un esquema de equidad intergeneracional, el cual asegura que las generaciones jóvenes no tengan que soportar una carga desproporcional para sostener los compromisos de las personas pensionadas. Esto lo logran ajustando y reevaluando los parámetros con cierta periodicidad, para lograr equilibrar la relación entre la población activa y jubilada, y adecuar el consumo presente y futuro. 
Considerando los resultados de estos modelos de pensiones, la República Dominicana debería aspirar a un sistema de pensiones que tome de parámetro el éxito de los casos mencionados anteriormente, como el caso de Holanda y Dinamarca que se han caracterizado por un sistema que equilibra la sostenibilidad y beneficios, e Islandia, que se destaca por su alta cobertura y generosidad en los beneficios. Esto es posible por los altos niveles de aporte de los trabajadores y por un mayor tiempo de aportes a lo largo de su vida laboral activa. 
Dada las características del mercado laboral dominicano, lo más idóneo es tener un sistema en el que el sistema garantice una pensión mínima, que combine una cuenta privada en la que los trabajadores complementen su pensión mediante planes de ahorro obligatorios y/o voluntarios, como está actualmente aplicado en los países mencionados. 
El Sistema Dominicano de Pensiones tiene muchas bondades. Sin embargo, para mejorarlo necesitamos emular otros modelos de pensiones que han logrado su meta de ser sostenibles y se han adecuado al aumento de la expectativa de vida, a los cambios demográficos y tecnológicos, aprovechando las ventajas de estos y mitigando los riesgos futuros. 
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